viernes, 22 de junio de 2012

El respeto en la crianza


     Hace poco leí en twitter: “Antes de ser padre tenía ocho teorías de crianza, ahora tengo ocho hijos y ninguna teoría, la clave es el amor”, y me identifiqué plenamente. Ahora no tengo estómago (ni corazón), para ver programas de tv del estilo de la niñera experta, sin embargo antes admiraba como ella “enseñaba” a los padres a “poner a sus hijos en su lugar”. Pensaba que la mejor manera de dormir a tus hijos, era en su habitación, separados de sus padres, por su propio bien, y por la intimidad de sus padres.
     Me creí todo eso de no cargarlos para no malcriarlos, de dejarlos llorar para templarles el carácter, entre tantas prácticas que ahora considero grotescas. Durante mi embarazo, fui leyendo y documentándome, apareció Laura Gutman, Carlos González, el blog Bebes y Mas, y fui conociendo términos como colecho, lactancia a demanda y crianza con apego. Con ambos estilos a la mano, solo me faltaba decidir cómo quería criar a mi hijita.
     Cuando nació Astrid, me di cuenta de que no había nada que decidir. Ella misma me enseñaría cómo educarla. Si, los niños son muy sabios y puros. Es que están “desaprendidos”, y no llevan la carga emocional que los adultos llevamos. Descubrí que el instinto materno es poderosísimo, y nos dice a gritos que permanezcamos al lado de nuestra cría, cuidándola y amándola.  Nuestro instinto no sabe de colecho, ni de Estivill, ni de Ferber, pero sabe que durmiendo juntos, descansa el bebé y descansan los padres; que cargando al hijo se siente seguro y la madre confiada, que lactando a demanda está feliz el hijo y la madre satisfecha.
     Es por eso que mi consigna es Criar con Respeto. Respeto por nuestro instinto materno y paterno. Respeto por nuestra carga genética, que nos alienta a proteger a la cría. Respeto hacia nosotros mismos y hacia nuestro derecho de decidir cómo criar, cómo dormir, con qué frecuencia amamantar y hasta cuando amamantar, respeto hacia nuestro poder como padres, como seres humanos.
     Pero un poco más allá de todo eso, es importante que respetemos a nuestros hijos, con su personalidad, sus virtudes, sus defectos. No debemos creer en “la cachetada a tiempo”, ni nalgadas, ni muchísimo menos los golpes y el maltrato verbal y psicológico. Para nada deben ser vistas como herramientas de crianza. Yo siempre propongo a los padres hacer un ejercicio mental: Imagínense las veces que su Jefe le ha hecho sentir rabia, ¿Cómo reacciona usted? ¿Le pega?, ¿Le agrede verbalmente?, ¡Claro que no! Entonces, ¿por qué hacerlo con su hijo?, ¿Acaso merece más respeto su jefe, que su propio hijo? Ahora suponga que su esposo, o esposa, le manifiesta que no tiene apetito, pues algo le desanimó. De repente más tarde tenga un poco de hambre y coma algo. ¿Cómo actúa usted? ¿Le impide levantarse de la mesa, hasta que se coma todo? ¿Le reprocha todo el tiempo que le llevó a usted preparar la comida, para “vengas a hacerme esta escena”?, ¿o le da una buena cachetada para que aprenda que se debe comer a la hora? Claro que no.
     Al decidir criar a mi hija sin golpes ni desagravios, debí armarme de paciencia, y de explicaciones infinitas sobre las razones porque ella debía hacer o no algo, o tener ciertas conductas. Ya no basta el “porque si”, o “porque no”, ni mucho menos el “porque yo lo digo”. El resultado, es una niña sumamente inteligente, decidida, que capta y entiende perfectamente las cosas. Con un vocabulario amplio, y con argumentos irrebatibles. Espero que sea así siempre.
     Nuestros hijos merecen que les respetemos, que escuchemos sus ideas, que nos pongamos en su lugar. Que respetemos sus emociones, y les dejemos vivirlas. Nuestro instinto de paternidad también merece ser respetado. Carguemos a nuestros hijos, sin sentir pena. Durmamos con ellos si de esa forma todos somos felices, amamantemos hasta que ellos mismos decidan, criemos sin golpes, y con amor. Nos convertiremos en una familia feliz, que se comunica y se comprende.
     Astrid Sofía tiene dos años y nueve meses. Duerme con sus padres, toma teta, y nunca le hemos pegado. Me gusta creer que es una niña feliz. Sus padres sí que lo somos.

@vikuna_matata

9 comentarios:

  1. Totalmente identificada con lo que describes, yo era parecida a ti antes de quedarme embarazada y después me pasó como a ti, ya no había nada que decidir, pues mi pequeña y mi instinto me dictaban lo que debía hacer, hasta hoy que le faltan 10 días para cumplir los dos años, has marcado un twit mío como favorito y me alegra, por aquí me quedaré para seguir leyéndote, un abrazo!!

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    1. Gracias Mónica, mira a la hora en la que vengo a leer tu comentario. ¡Que mamá tan desorganizada! ;) Un abrazote para ti.

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  2. ¡Me encanta! Tengo un post que se titula "cuestión de instinto". Es que es así, el nos dice como actuar porque cada bebé es diferentes y si sabemos escucharle podremos criar con respeto, respeto a sus emociones, a sus necesidades...
    Por cierto, imagino que la pequeña protagonista de la foto es tu niña, ¡HERMOSA!

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    1. Hola MamáFeliz, guao me da mucha pena leer tan tarde tu bonito comentario. Así es, es mi guerrera. Ya tiene 4 añotes ;) Besitos para ti.

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  3. Sé que no te pasas mucho por aquí ultimamente, pero como me gustaba mucho leerte , te he dejado un premio en mi blog http://maminlove.blogspot.com.es/2013/01/liebster-award-ii.html

    Un gran saludo!!

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    1. Hola Mónica, pues vengo viendo el comentario. ¿Que tal? Jaja que verguenza, muchísimas gracias por el premio, que emoción! Es el primero para mi. Un abrazo gigante.

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  4. Que identificada estoy con tu testimonio, antes de ser mamá pensaba que la disciplina era lo primordial y que el niño debía dormir en su cuna y todo eso, luego que nacvión Sebas no me separe de él ni un minuto, durmió conmigo en la cama, le di teta a demanda, no uso coche, corral u otro instrumento carcelario y ahora con el segundo bebe he hecho lo mismo pero con una diferencia, ahora sé que no lo estoy "malcriando" sino que lo estoy llenando de todo el amor posible que puedo entregarle y estoy segura de esa crianza. Besos

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    1. Hola guapa, ¡gracias por comentar! Un beso gigante a tus bebés, Dios los bendijo con tan amorosa madre. Un abrazo...

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  5. Súper inspirador el texto y bellísima la foto de la princesa... Yo aquí poco a poco tratando de ser mejor mamá cada día... Ahí voy... :-*

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